Diciendo Adiós...

Fin de Año...

Este fin de año no es como otros. Quizás por estar enferma estos días, quizás porque el 31 en la noche voy a tener que dar el abrazo a los sueros y penicilinas ( no sin una lagrimilla por allí. Obvio... mientras muchos se divierten , la otra mitad del mundo trabajamos para que se diviertan...), quizás porque de verdad estoy con mas ganas de vacaciones que nada; es que este fin de año no ha sido muy especial para mi, no lo espero como otras veces con ropa nueva y calzones amarillos.
Depronto mañana es 30 y se nos fue el 2005. El año que nos cambiamos de casa y con el Enemy decidimos continuar dando vida a esto que pobremente llamamos "familia", después de tirarnos cosas y decirnos muchas otras, de irse él y echarlo yo, de estar 3 o 4 meses viviendo separados y hasta de tener entremedio un "aspirante a mi corazón". Supongo que perdonó mis errores e infidelidades, como yo he perdonado sus boludeces y sus niñerías. Supongo que después de tanto negarlo nos miramos a los ojos y nos dijimos "Te Amo".

La Cofradía sigue en pie... con la gárgola de ojos azules de mascota que tenemos, el Arquitecto, La Terapeuta, La Gran Bruja y el Hechicero Mayor. Salvado por enésima vez de las garras de la última pécora caradura de su lista (no escarmienta este hombre). A pesar de las muchas turbulencias de este año, que hasta intervención de brujos y santeros extranjeros necesitamos, para exorcisar mas de un demonio concupiscente de esta santa y hermética cofradía. Podemos decir que "Aún está en Pie"... y "Aleluya por eso" que ya es mucho para esta familia disfuncional y drogadicta en la que fuí "malcriada".

Atrás quedaron las miles de cosas que vivimos este año que ya ni vale la pena mencionar. Se irán lejos con los últimos humos de los fuegos artificiales que observaré sola y en silencio desde la ventana del hospital donde trabajo.
...Las sombras de un funeral, nacimientos varios y embarazos adjuntos, un departamento en el centro, un café detrás del museo una tarde de lluvia ......una caminata a solas por el parque forestal
Un par de mensajes de textos olvidados en mi celular, una promesa que no cumplí, y la carta que jamás envié para que me olvidaras...


...se fueron... como las lágrimas del funeral y los zapatitos de los bebés que ahora ya caminan, la dirección del departamento que por fuerza olvidé, tu mano temblorosa buscando furtivamente mi piel entre los segundos que nos separaron, el recuerdo de tus ojos esa tarde fría que paseando juntos con los labios gélidos y voraces te dije "no mas" ...los aromas de ese café
...las caprichosas formas del incienso que encendí en el altar de mi familia... donde abrazo la fotografía de mi abuelo... y lloro un poco, solo para no perder la costumbre.