El otro día nos estabamos durmiendo... y tomaste mi mano, la pusiste dentro de la tuya y me dijiste "negra, te quiero mucho". Vinieron a mi mente mil cosas...
Recordé la separación y esa época negra que vivimos, el hijo que no fué y perdimos un fin de semana mientras cambiábamos una ampolleta, el médico y su "no puedes tener mas hijos sino te operas"... y mi "no, no me operaré". El perrito que tuvimos que regalar, las peleas, las discusiones, los llantos, las conversaciones interminables, las horas interminables de trabajo, las noches sola, tus noches solo, las culpabilidades y recriminaciones. Nuestra hija, la sicóloga, las desiciones. Pensé en ese año sola junto a nuestra hija. Y el pensar que no queríamos vernos ni en pintura. Mi vida se rearmaba lejos de ti. Y yo enamorada hasta el hueso de un "otro". La idea de irme a vivir fuera de Santiago que aborté por discernimiento. Abogados que no llegaron a nada. Una propuesta de irnnos a vivir junto a un "otro". El dinero que siempre faltaba.
El verte llorar. El corazón partido al verte ir con nuestra hija esos fines de semana interminables, que trataba de llenar con cafés, amigas o amigos. Vacaciones con ella, vacaciones con él.
Luego vinieron las conversaciones, mi cambio de trabajo... y me tendiste la mano.
Un par de disculpas, largas noches de conversaciones y un par de copas de vino que terminaron en tus brazos, en mi cama sintiendo tus manos y esa electricidad que emanan de ella... diciendo "te amo"... escuchando un "nunca he dejado de amarte".
Y se transformó en un "no te vayas"...
Y un día de vuelta de un turno de noche... pasé a la farmacia de abajo y me compré un test de embarazo... que salió positivo. Y tú solo me respondes que será niño... y yo llovía aunque era pleno verano y tu muy serio, solo me respondiste que fuesemos a tomar un helado.
Y hoy llegó la cunita... y me parece un sueño. Y tú y la heredera riendo y jugando... armando los cajones, golpeandose los dedos con el martillo.
Y yo con miedo de que los dioses se pongan celosos de toda esta felicidad.
Me pregunto si realmente me pertenece.
Y tú solo me abrazas y me dices "te amo".
Recordé la separación y esa época negra que vivimos, el hijo que no fué y perdimos un fin de semana mientras cambiábamos una ampolleta, el médico y su "no puedes tener mas hijos sino te operas"... y mi "no, no me operaré". El perrito que tuvimos que regalar, las peleas, las discusiones, los llantos, las conversaciones interminables, las horas interminables de trabajo, las noches sola, tus noches solo, las culpabilidades y recriminaciones. Nuestra hija, la sicóloga, las desiciones. Pensé en ese año sola junto a nuestra hija. Y el pensar que no queríamos vernos ni en pintura. Mi vida se rearmaba lejos de ti. Y yo enamorada hasta el hueso de un "otro". La idea de irme a vivir fuera de Santiago que aborté por discernimiento. Abogados que no llegaron a nada. Una propuesta de irnnos a vivir junto a un "otro". El dinero que siempre faltaba.
El verte llorar. El corazón partido al verte ir con nuestra hija esos fines de semana interminables, que trataba de llenar con cafés, amigas o amigos. Vacaciones con ella, vacaciones con él.
Luego vinieron las conversaciones, mi cambio de trabajo... y me tendiste la mano.
Un par de disculpas, largas noches de conversaciones y un par de copas de vino que terminaron en tus brazos, en mi cama sintiendo tus manos y esa electricidad que emanan de ella... diciendo "te amo"... escuchando un "nunca he dejado de amarte".
Y se transformó en un "no te vayas"...
Y un día de vuelta de un turno de noche... pasé a la farmacia de abajo y me compré un test de embarazo... que salió positivo. Y tú solo me respondes que será niño... y yo llovía aunque era pleno verano y tu muy serio, solo me respondiste que fuesemos a tomar un helado.
Y hoy llegó la cunita... y me parece un sueño. Y tú y la heredera riendo y jugando... armando los cajones, golpeandose los dedos con el martillo.
Y yo con miedo de que los dioses se pongan celosos de toda esta felicidad.
Me pregunto si realmente me pertenece.
Y tú solo me abrazas y me dices "te amo".
3 comentarios:
Por todo lo que hay que pasar, tanto. Necesario? esa l´´agrimas que hoy tienen valor, y qué placer en recuibir un te amo pese a todo.
Un perdón, ... en silencio, casi al borde de sentir que se pudo perder toodo.
Agradable leer vivencias en buen camino, pese a las piedras ahlladas.
Brujita, sólo pasaba a dejarle saluditos y muchos abrazos. Un beso inmenso a Sebastiancito, bienvenido!!!
Cariños,
Viti
orale pues q bien tanto amor uy uno a veces ni lo cre felicidades brujita
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