DíAS COMPLICADOS

No escribo hace mucho.
He estado ocupada con mis cosas y mis niños. Después de un largo y complicado embarazo. Vino la felicidad, sin embargo aparecieron nuevos obstáculos. En un control con fisiatra diagnosticaron un pequeño retraso motor a mi bichito,eso sumado a las apneas me ha tenido en la cuerda floja estos meses.
Ya llevo casi mas de un mes entre terapias y visitas a médicos y especialistas. Mucha plata, mucho tiempo, muchos exámenes caros.
A veces me siento incomprendida y solitaria en esto. Y a la vez se que debo estar fuerte y positiva, con mis antenitas bien paradas para mis hijos.
Estoy agotada.
Llego cansada al final del día, con deseos de un fuerte abrazo... con ganas de conversar, de sentir, de amar. Pero siempre hay algo. Que lavar los últimos platos del día, que apagar las luces, que ponerle el monitor de apneas al bichito, que darle agua al gato. Siempre hay algo.
Pienso mucho todo el día. Pienso e intento darme ánimo a mi misma diciendome que no es tan terrible, que todo va a salir bien, que las cosas mejorarán, que el bichito en unos meses va a estar bien y que las malditas apneas se van a terminar y que lo voy a ver gateando y moviendo sus piececitos gorditos por ahí...
y se me aparecen imágenes de mis pacientes, y dudo de si podrá caminar, de si quedará con secuelas, de si la causa fué por esto o esto otro, si algo que comí durante el embarazo, de si la cesárea, de si mi rechazo del principio, el exeso de trabajo de los primeros meses... y lucho contra los pensamientos culposos de mierda. No sirven de nada en la rehabilitación.
Y veo a mi princesa... la he dejado tan botada este tiempo. Y miro a Iván... estamos tan lejanos. Y me vo a mi... tan cansada y desaliñada.
Vivir en carne propia lo que por años he visto en mi trabajo. vivirlo del otro lado de la moneda. ¿Qué es lo que Dios quiere de mi, de todo esto?.
Podría ser peor, es cierto, podría ser mas grave, podríamos no tener el apoyo de mi familia de origen (hermanos y padres) y tener una mala situación económica y estar golpeando puerta tras puerta para juntar los 700.000 mil pesos que vale el exámen neurológico por ejemplo, podría ser un daño cerebral y no solo un retraso que mejorará con tiempo, paciencia y práctica.
Los planes se fueron a la mierda... el auto, el pie de la casa. El dinero se ha ido en médicos, exámenes, terapias. Y el tiempo es lo que menos sobra.
No espero nada. Ni siquiera que la gente comprenda. Solo me mantengo de pie... y trato de mantener a los míos. Y hacer lo que hay que hacer.
Anoche le decía a Iván antes de dormirme, que pienso que pase lo que tenga que pasar... bueno o malo. Solo me interesa que mis hijos y él estén bien. Descansaré cuando pase la tormenta.
Mientras... mientras vamos a seguir...