Cuando venimos al mundo elegimos. Nos ponemos un traje y adquirimos un rol. Tomamos nuestro lugar en esta gran obra llamada “Vida”.
A veces nos toca hacer el papel de malos de la obra, a veces de víctima, a veces de buenos. Cada uno lleva su papel con maestría. Nuestro rol no es estable, y varía según las necesidades de la obra, según lo acordado antes de comenzar.
Elegimos cuidadosamente por quién seremos amados, quien nos hará llorar, con quien aprenderemos a ser padres o quien será quien nos ayude a despertar.
A veces llega un momento de la obra en la que nos “cansamos” de el papel que elegimos, nos revelamos, lloramos, culpamos a otros.
Otras veces olvidamos que estamos en una obra, el papel que elegimos y lo que teníamos que hacer. Y creemos que esta es la única realidad. Que no hay mas. Olvidamos cuál era nuestro “rol” y nos perdemos, nos salimos de esta obra. Adquirimos el papel de otros.
La buena noticia es que hay un gran director, que nos recuerda que hacer aquí y cual era la trama principal. Tenemos guionista, vestuarista y asistentes que nos van marcando las pautas minuto a minuto. Solo necesitan que los escuchemos con sabiduría.
El director puede cambiar nuestro papel en esta obra y darnos uno nuevo, más cercano a lo que somos en esencia, mas saludable para nuestra alma. Uno más adecuado a nuestro ser, uno más acorde a lo que queremos o aspiramos. Lo importante es saber que existe esa posibilidad.
Hay quienes quieren o necesitan salirse de esta obra. Porque quizás ya actuaron lo suficiente o porque les falta preparación. Ellos salen y van a lugares donde los enseñan, los miman, los acogen y conversan con ellos la posibilidad de coger otro papel o dejarlo hasta allí. Así de grande es el amor divino por cada uno de nosotros.
Si el día de hoy, estás cansado del papel que has elegido en esta obra. Quizás es tiempo de cambiar tus condiciones, de repactar u estadía aquí en la tierra. Quizás ahora quieres ser más feliz o más próspero. Quizás es tiempo de que continúes tu aprendizaje a través de la alegría, la abundancia o el amor.
¿y si e digo que es posible… me creerías?
Quizás es tiempo de darte esa oportunidad. De cambiar tu “rol” y ser más feliz.
No es necesario seguir sufriendo para aprender. Podemos aprender por abundancia, por amor, por dicha o alegría.
Este es el momento en que decides este cambio para ti o para el planeta entero. El director de esta obra, es amoroso y quiere que la pasemos bien en ella. Hemos trabajado arduamente, como especie y como seres individuales para ganarnos lo que traemos.
Abre tus brazos y prepárate a recibir las bendiciones. Es todo lo que se requiere.
Las ganas.
El resto, como dice mi madre, viene por añadidura.
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