Cicatriz del Amor...

¿sabes?

Hay días en que me encuentro contigo, aunque no quiera. A veces en el supermercado. En la plaza, en el metro cuando veo esos enamorados comiendose a besos. Cuando miro el sol en la mañana. O la cordillera nevada.

A veces una canción. Me pone tu rostro delante.

Se que permanentemente estás ahí. Eres parte de mi. A veces, eres mi orgullo, como una medalla de guerra. Otras veces quisiera esconderte y por mas maquillaje que te ponga... estás ahí.

Estas ahí cuando me ducho en la mañana, y cuando le doy el beso de buenas noches a mi brujita. Estas ahí cuando me enamoro de algún hombre bello en el metro. O cuando hago planes con mis amigas. Estás ahí. Estás ahí cuando me siento sola, y cuando hago pataletas por el dinero, cuando me invitan a salir o llego del cine, o me siento enamorada. Estás ahí... aunque no te vea , ni te sienta.

Hubo un tiempo en que me era imposible tocarte. O mirarte. Pensé que moriría contigo ahí. Te negé muchas veces.. solo para darme cuenta que al acostarme, estabas ahí entre mis sábanas. Lloré y alegué.. no te quería en mi. Pero con el tiempo me di cuenta de que eres parte de mi.

Pero ¿sabes? hoy es diferente. Hoy eres parte de mi, como una pierna o un brazo o ese lunar coqueto que tengo en el pecho. Así eres. No me molestas. No me complicas. Solo eres. Estás. Hay días en que te acaricio y me siento hasta orgullosa de tenerte.

Si algún día un nuevo amor, toca a mi puerta, sabrá que estás ahí. Seguramente dejaré que te toque. Porque eres parte de mi. Y seguramente si me quiere va a entender porque a veces te miro con cariño... porque eres parte de mi. Quizás hasta llegue a quererte también. Porque gracias a ti... soy esta mujer en la que me he convertido.

Puede que piensen que estoy loca. Porque no te escondo, ni te maquillo, ni quiero operarme para sacarte de mi (como me han ofrecido). No. Porque eres parte de esto que soy yo hoy en día. No voy a negarte. Cuando te toco, cuando te miro, cuando siento tus bordes redondeados. Se que estás ahí día a día. En mi trabajo, en el amor, en mis sueños y deseos, en mis esperanzas. Ya no me dueles, ni sangras, ni estoy obsesionadamente tocándote y rascándote. Solo estás.

Te acepto. Y te amo. Y te agradezco que existas en mi. Por todo lo que fuiste. Por todo lo que le trajiste a mi vida.

Tengo muchas heridas como tú en mi cuerpo. A veces me encuentro con ellas, como contigo. Y las saludo, las toco, las miro y sonrío con un calorcito en el alma, para luego dejarlas tranquilas donde están. La de mi cesárea, las de mi infancia, las de mi juventud. Me he convertido en la amiga de cada una. Y adornan mi cuerpo con orgullo, con naturalidad. Sin lágrimas, sin culpas. Asi estás tu. Entre ellas. Gracias mi querida cicatriz del amor.

"Elaborar un duelo no es olvidar lo perdido ni despreciar lo que no está. Es ser consciente de lo que dejó en mí aquello del pasado y agradecer a la vida el haberlo encontrado, haberlo vivido, aunque sea por el corto o largo tiempo que estuvo a mi lado. Elaborar un duelo no es hacer desaparecer la cicatriz, es encontrarse con ella casualmente al bañarme, acariciarla y darme cuenta de que ya no me duele al tocarla".