PAPÁ... APEGO PATERNAL

La relación con mi padre es todo un tema.
Mi papá, médico de profesión y de vocación ha sido toda su vida un exelente proveedor, sin embargo durante nuestra infancia se mostró lejano y poco cariñoso. Siempre metido en sus asuntos. Y fué mi madre la que suplió como pudo esas carencias afectivas. Esta es una experiencia bastante común para la gente de mi edad.
Cuando me embarazé de la Brujita tenía mucho miedo de que la historia se repitiera. De que el Ex se comportara como un ser lejano y poco sensible a las necesidades del bebé, dejando en mis inexpertas manos toda la responsabilidad de la crianza de nuestro retoño . Sin embargo ante todas mis aprehensiones de madre primeriza este caballero se comportó a la altura y superó todas mis espectativas.
Ex es todo un padre moderno. Entró conmigo al parto e hizo el loco todo el embarazo hablando, cantando y contando historias a mi guata. Una vez nacida mudaba la guagua, le daba de comer, bañaba, peinaba, planchaba, paseaba y sacaba chanchitos (vómitos incluídos) y era capaz de cambiar ropitas minúsculas con verdadera habilidad. Me daba gusto verlo dormir con la bebé en su pecho. Y aparte de eso era muy considerado y tierno conmigo. De echo se ganó la aprobación de mi mamá al verlo hacer todo eso y hasta el día de hoy ella aclara que puede tener muchos defectos y carencias, pero como papá está salvado. El vínculo que se creó entre el Ex y la Brujita es muy especial, y a mi me encanta que sea así. Juegan, se pelean, la Brujita lo reta y controla cual esposa celosa y le pide explicaciones de sus actos y retrasos. A la vez EX daría sus ojos por su princesa. Se parecen mucho en la forma de ser, ambos de personalidad fuerte, pero un merengue por dentro. Si hasta les gustan las mismas comidas.
Por eso no me extrañó leer sobre el apego Padre-Hijo y la importancia de ello. Que ayudaría a criar hijos sanos, seguros, sociables y felices. La presencia del padre durante el embarazo, el parto y primeros meses es tan importante como el de la madre. Tanto para el bebé como para la madre y la familia completa. Me alegra que finalmente se descubra que el hombre también tiene algo que decir en relación a la estructuración de la vida del niño desde su concepción y que reafirme la idea que el ser padres es una cosa de DOS. Hay cosas que cada uno puede entregar desde la individualidad desde el ser mujer-madre y hombre-padre y que además son irremplazables. La llegada de un hijo nos cambia la vida, nos da nuevos roles, nos imprime algo especial. Ahora sabemos que para "ellos" también es así.
La verdad es que yo he aprendido en este tema y me he sorprendido agradablemente. El Ex me ha enseñado a "confiar" en que él también puede ser una parte importante en la crianza de nuestros hijos. Hoy por hoy estamos esperando a Alejandrito y es muy entretenido observarlo hablarle a mi panza nuevamente... esta vez junto a la brujita, escucharlos a ambos haciendo planes sobre el "bichín", o la simple sensación de sentir sus caricias en mi barriga con una ternura y delicadeza que me relaja y me hace sentir segura, además se ha vuelto muy amoroso, responsable y considerado.
Y es lógico. Si el hombre se siente parte de todo este proceso va a estar mas cómodo, relajado y feliz al igual que nosotras y va a reaccionar mejor ante las diferentes presiones y eventuales dificultades. La idea es que no se vuelva una preocupación mas en su vida, sino una oportunidad de crecer y conocer otra parte de él mismo y porqué no... de repasar y mejorar su propia relación padre-hijo.

Pobre papá... jejeje

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