Estoy conciente de que a veces "RALLO LA PAPA" o me pongo un poco loca cuando hablo de las flores de bach y sus amiguitas. Y es que me apasiona. Hablo de ellas en este blog personal, porque la Terapia Floral me cambió la forma de ver, sentir y caminar en la vida.
Me encontré con ellas años atrás buscando algo mas en mi existencia, aparte de mi trabajo, y yo misma. Comencé como muchos, leyendo sobre ello en internet, librerías y preguntando en todos lados. Aún no habían llegado a Chile como ahora, solo unos pocos las utilizaban y eran vistas casi como magia. Me inscribí en un curso, que no pude seguir, ya que el sistema de trabajo en ese tiempo no era compatible con esta vida.
Un día ella me dijo que yo era "sanadora" que cuando volviera a eso iva a ser realmente feliz. Claro, le respondí... soy enfermera!. No, -me dijo- esa es tu profesión, yo te hablo de tu misión en la vida. En ese entonces me pareció una lesera lo que esta viejecita me estaba diciendo -jajaja, me reía para mis adentros-. Yo no quería sanar a nadie, quizás ni siquiera a mi misma. Yo quería dinero... poder... sexo... Cosas hermosas para mi hija... un compañero ideal. En fin.. no tenía tiempo de andar sanando a nadie!! no señor!! yo hacía mi pega con cariño y me iva a mi casa a dormir, fin de la historia... tenía que trabajar mucho y ser muy TOP, usar perfumes MUY caros y joyas lindas!!. Me alejé de todas esas cosas...
Han pasado 10 años desde que ella me dijo esas cosas... crisis, dolores enormes, una separación, tuve que aprender a perder, a perdonar, a ser humilde, a vivir el "ahora", valorar cosas que no vemos, pero que llenan la vida, tener fé, reconciliarme con las formas de ganar dinero, cambiar mi chip de abundancia, darme mi lugar en esta vida. Entre otras cosas.
Es terrible cuando te detienes y ves que no eres nada, que no tienes nada y que no vas a ninguna parte. Eso me pasó. Caí en una depresión enorme. Y me acordé de las gotitas de bach. Allí estaban, esperándome... pacientemente. Comencé a tomarlas y en un par de meses estaba sana de mi depresión, trabajando, separada y me había cambiado de casa, tenía pololo y un horizonte. Nuevamente dejé que el trabajo me absorvíera (era la mujer "CHESTNUT BUD" ) y la vida se me dió vueltas por una noticia inesperada... mi hijo.
Había dejado el hospital los cuertos turno, turnos de noche, pero aún mis horarios eran extensos.
La vida gira locamente y con el nacimiento de mi segundo hijo, se acomodó todo de una forma sútil y mágica. Incluso aquello que estaba muerto volvió a la vida. Volví a las flores ya no por mi inquietud, sino por la necesidad de SANAR a mi hijo.
La vida me había OBLIGADO a volver al rumbo, de una manera dolorosa e intempestiva. No tenía nada que perder, tomé las botellitas color ámbar y comencé a darle a mi hijo, a mi mamá, a mis amigos, a mis vecinos... Y aquí estoy. Nunca me he sentido mas conectada con mi misión de vida, nunca me sentí mejor con una desición, tan completa y en paz con lo que hago, realmente esto me hace feliz. Las cosas se me hacen tan claras que me da miedo. Ya no me quedaba mas que ACEPTAR QUIEN SOY y que esta es la misión que quizás Dios tiene para mi en este mundo. Aún no se bien cómo se van a dar las cosas, no se dónde me van a asignar, no se nada de nada. Solo se lo que mi corazón grita cada mañana al levantarme. Cada ves que mis guías y maestros me dan señales. No bajes los brazos Nayi... sigue por aquí... vas bien.
Actualmente, viene gente a mi casa, les leo el tarot... otras veces los recuesto en una camilla... les paso las manos a 10 cm y les indico flores en botellitas colo ámbar... para que sientan mejor...
Poco a poco me doy cuenta que este era mi camino... quizás si soy una SANADORA.
Es terrible cuando te detienes y ves que no eres nada, que no tienes nada y que no vas a ninguna parte. Eso me pasó. Caí en una depresión enorme. Y me acordé de las gotitas de bach. Allí estaban, esperándome... pacientemente. Comencé a tomarlas y en un par de meses estaba sana de mi depresión, trabajando, separada y me había cambiado de casa, tenía pololo y un horizonte. Nuevamente dejé que el trabajo me absorvíera (era la mujer "CHESTNUT BUD" ) y la vida se me dió vueltas por una noticia inesperada... mi hijo.
Había dejado el hospital los cuertos turno, turnos de noche, pero aún mis horarios eran extensos.
La vida gira locamente y con el nacimiento de mi segundo hijo, se acomodó todo de una forma sútil y mágica. Incluso aquello que estaba muerto volvió a la vida. Volví a las flores ya no por mi inquietud, sino por la necesidad de SANAR a mi hijo.
Actualmente, viene gente a mi casa, les leo el tarot... otras veces los recuesto en una camilla... les paso las manos a 10 cm y les indico flores en botellitas colo ámbar... para que sientan mejor...
Poco a poco me doy cuenta que este era mi camino... quizás si soy una SANADORA.
