domingo, 16 de octubre de 2011

VIDAS PASADAS, ANCESTROS Y LA FELICIDAD


Hace tiempo quería escribir algo sobre esto.
Generalmente a mi consulta, llegan  personas con problemas en diferentes ámbitos de su vida, por ejemplo, falta de trabajo, problemas de pareja, relaciones con la familia, étc
Estas limitaciones para desarrollar una vida completa y feliz pueden tener diferente origen. Cuando ciertos patrones se repiten en nuestra vida, una y otra vez y no somos capaces de salir de esta especie de “rueda”, podemos considerar estar frente a una causa que va mas allá de nuestra realidad actual y quizás es el momento de empezar a mirar hacia el pasado. Algunas de estas personas descubren (luego de una lectura de registros akáshicos, alguna meditación, regresión, sesión de Reiki o tirada de Tarot) que o traen “huellas” o energías ancestrológicas que los están bloqueando o condicionando a una realidad que no los satisface ni los hace felices o que han firmado acuerdos en vidas anteriores que los obligan a llevar una vida por debajo de sus expectativas, deseos y proyectos actuales.
Parece difícil de creer, pero cuando nos ubicamos en el contexto de una vida pasada resulta menos absurdo. Una vida que se desarrolla en un ambiente monástico, un convento, por ejemplo, pudo habernos conducido a firmar pactos de pobreza, obediencia o castidad. La participación en sectas o grupos de fanáticos raciales o religiosos pudo hacernos jurar fidelidad a algunos y odio a otros. Un gran amor, vivido con extraordinaria intensidad y quizás perseguido por prejuicios familiares, condicionamientos sociales o simplemente interrumpido abruptamente, pudo habernos hecho sellar con un compromiso de eternidad, un vínculo que sólo tenía trascendencia en aquella vida. En ese momento, creímos que aceptar esos compromisos era lo correcto. Lo hicimos con determinación y fe. Pero en la vida actual, sufrimos las consecuencias.
Es importante que tengamos en cuenta una cosa: estos pactos no tienen valor desde el punto de vista espiritual en el largo plazo. El alma solo tiene un compromiso: evolucionar hacia la SABIDURÍA, la LIBERTAD y el AMOR. Los pactos o contratos firmados en vidas pasadas, no sólo limitan las condiciones materiales de la existencia (como el amor, la prosperidad, el modo de ganarse la vida, relaciones, fidelidades, hijos… étc)  sino que -además- favorecen el endurecimiento del ego y la no trascendencia del SER.
Podemos encontrar entre otros: votos de pobreza, castidad, obediencia, celibato, silencio, abnegación, sufrimiento, pactos de mujeres solas, étc.
Por otro lado, la familia en la cual hemos elegido nacer nos condiciona ciertos aspectos. Son una especie de “retos” autoimpuestos para mejorar, aprender y evolucionar. En las familias o grupos de almas, se plasman “huellas energéticas” asociadas a emociones o eventos traumáticos (como violaciones, pérdidas tempranas de algún padre, guerras, suicidios, étc) que se heredan de generación en generación. Y las podemos encontrar hasta en diez generaciones seguidas. Hay otras personas que eligen nacer en familias con mucha “carga” para ayudar a liberar y aumentar la conciencia de ese grupo de almas.
Otras veces, la exclusión consciente o inconciente de algún miembro de la familia, origina la expresión de esta energía, en algún otro miembro de la generación siguiente, por ejemplo; ex parejas de los padres, relaciones extramaritales, abortos provocados o naturales, adopciones, abandonos, hijos no reconocidos fuera del matrimonio, hermanos desconocidos, étc. El alma familiar que es un ser con conciencia, incluye amorosamente a todos los integrantes de la familia y busca de una u otra manera compensar situaciones de desequilibrio.
Es por este motivo que algunas veces una persona por mucho que se esfuerce, no puede salir adelante en algún ámbito de su vida (o en varios) debido a alguna lealtad con su familia o antepasados, o porque está cargando una especie de mochila energética con piedras de sus ancestros, que la obligan a mantenerse estancada o fiel a alguna situación desgastante. Estos patrones se repiten una y otra vez, para que las personas tomen conciencia de estas y decidan cortar finalmente esta herencia dolorosa y vivir desde la experiencia de la libertad, el amor y la sabiduría.
Todas estas huellas energéticas y/o contratos o pactos kármicos se llevan plasmadas en nuestra energía o huevo energético llamada por algunos “Aura”. Allí somos capaces de leer toda esta información.
La buena noticia, es que existen variadas técnicas para “limpiar, cortar e iluminar” nuestras “huellas energéticas pasadas” o nuestros "pactos o contratos kármicos" tanto ancestrológicas como de vidas anteriores, liberar compromisos y disolver pactos que en el día de hoy son perjudiciales para nosotros.
En principio, te sugiero que observes tu vida tratando de determinar si en alguna de las áreas mencionadas has experimentando limitaciones serias o sistemáticas, compulsiones a realizar algo que -en el fondo- no querías. Fíjate si hay lugares, situaciones o personas con las cuales tienes patrones de conducta recurrente, sientes una familiaridad especial o te parecen conocidos. Si a pesar de todos tus esfuerzos sientes que las cosas no se dan de la manera esperada, si te cuesta conseguir trabajo a pesar de que tienes todo para obtenerlo, si tus relaciones personales no son lo satisfactorias que deseas a pesar de poner todo de tu parte, o simplemente te relacionas con un patrón recurrente de persona (ejemplo parejas incapaces de comprometerse). En ese caso, es probable que hayas firmado pactos limitantes en vidas pasadas o carges con alguna huella dolorosa no sanada en tu familia. Para ti, una sesión de registros akáshicos, terapia de vidas pasadas, Reiki o meditación podría llegar a ser algo muy liberador. 
En otro artículo contaré algunos casos interesantes y algunos ejercicios prácticos que puedes ir haciendo para ir liberando algunas de estas cargas o hacerte consciente de ellas.


La felicidad da miedo
La felicidad se experimenta como peligrosa, porque nos convierte en solitarios. Lo mismo se aplica a la solución: se experimenta como peligrosa porque nos convierte en solitarios. Con el problema y con la desdicha, sin embargo, nos encontramos acompañados.
El problema y la desdicha van unidos a una sensación de inocencia y de felicidad. La solución y la felicidad, en cambio, van unidas a una sensación de traición y de culpa. Por éso, la solución únicamente es posible cuando la persona afronta esta culpa. Si bien no se trata de una culpa razonable, se experimenta como tal. Por este motivo, el paso del problema a la solución es tan difícil.

Bert Hellinger - Órdenes del amor



LA BRUJITA SEXY... Y SU CUCHITRIL

Mi primer POST fué exactamente el 11 de abril de 2005. Y para los curiosos... Sí, leo el tarot. ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Las palabras de un hombre son como sus huellas; puedes seguirlas donde quiera que él vaya.


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