KOKORO

KOKORO  significa "Corazón, sentimiento, sensibilidad" en japonés.

Cuantas veces buscamos el amor allá afuera, entre las personas que nos rodean. Y el amor está aquí mismo, en nuestro corazón, en el sentimiento que ponemos en nuestra vida, en vivirla. Cuantas veces corremos detrás de alguien a quien decimos que amamos con locura, o que no nos corresponde como quisiesemos... no son ellos quienes no nos aman... somos nosotros mismos quienes no nos dejamos amar.

Muchas veces me pregunté que es lo que debía buscar en alguien para que fuese el amor de mi vida, pero nunca me preguntaba que debía cambiar en mi misma para poder "VER" ese amor. 

Solo cuando fuí capaz de ver el amor inmenso que hay en mi corazón, cuando re-descubrí lo que habitaba en mi espiritu y me di cuenta de que no era la persona a quien quería amar, sino, cómo quería vivir el amor. Cuando me di cuenta que soy parte de un engranaje, de un plan mayor, divino e inmenso, que era parte de un TODO infinito, y que a la ves ese todo era yo misma... fué entonces, cuando pude al fin sentirme amada.

El compañero vino por añadidura... podía ser él u otro. Era parte de el regalo divino que me hacía el universo, la guinda de la torta. Podía incluso ser yo misma. No importaba. Esa energía sanadora ya era parte de mi ser. Y me llenaba por completo... hasta el día de hoy. Pues era yo misma y a la ves todo.

Supe entonces y tuve la certeza de que venimos a esta tierra a ser amados intensamente, a  gozar con cada partícula de nuestro cuerpo terrenal, a sentir el viento y el sol, a reir y hacer el amor... a comernos una rica comida, a pasear, a mirar el mar... a disfrutar de nuestra piel al ser acariciada, un helado de chocolate, el aroma del pasto recién cortado... hemos venido a ser Dios encarnado. Hemos venido a sentir amor y a enamorarnos, a llorar y dejar caer lágrimas, a ver nacer nuestros hijos y ver morir nuestros amigos.

Esta pelicula de la cual somos los actores principales, es la vida... y hemos venido a entregarnos a ella con los brazos abiertos. No importa quien seas, ni quien vayas a ser mas adelante. Lo importante es que estas aquí, cada día, cada minuto, poniendo el corazón.

Cierra los ojos, regálate un minuto... respira y sientete a ti mismo, en esta vorágine de tu día a día. Vuelve a sentirte vivo, escúchate, oye el susurro de tu alma pidiéndote a gritos ...  que vuelvas a sentir tu CORAZÓN. 

Namasté